El azul que suele reinar en La Rosaleda se transformó en un rojo pasión con motivo de la visita de Alexia Putellas, Mariona Caldentey y compañía. El clima de pesimismo por los malos resultados del Málaga, que vuelve a coquetear con el descenso a Primera RFEF, dio paso a un halo de ilusión por la actuación de las campeonas del mundo.
Más allá de ese gran estímulo, el público que suele acudir a La Rosaleda cada dos fines de semana, bastante masculinizado, tenía poco que ver con el de este 24 de octubre. De hecho, la portera Jennifer Falk no recibió ningún insulto al sacar y solo hubo que avisar una vez, y por protocolo, de que el racismo, la xenofobia y la violencia no son bienvenidos.
Centenares de aficionados suecos, distribuidos por todo el campo y concentrados principalmente en una de las esquinas superiores, vieron perder a las suyas (4-0) en una calorusa y veraniega tarde de otoño. Antes de encajar los goles, eso sí, disfrutaron en los bares cercanos al estadio. Unos tiraban de franquicias sin alma y otros optaban por los tacos franceses mientras a escasos metros se escuchaba a un grupo de señoras cantar. Es viernes y el cuerpo lo sabe.
Un 'Hermoso' recibimiento
Lo de que Vicky ofreciera el Trofeo Kopa cuando el estadio estaba casi vacío no fue la mejor de las ideas. Apenas hubo reconocimiento para la talentosa jugadora, una situación radicalmente opuesta a la que vivió Aitana, que recibió una calurosa ovación cuando posó con su tercer Balón de Oro ante los 20.929 espectadores.
El público hizo la ola en repetidas ocasiones y quedó obnubilado con el golazo de falta de Alexia Putellas, que luego repitió en un duelo de tú a tú con Claudia Pina por el MVP. Al descanso, las linternas de los teléfonos móviles se movieron a toda velocidad y una tal Laura se llevó el gran premio: una camiseta firmada por las jugadoras.
Al final de la segunda mitad, Sonia decidió que era el momento de que Jenni entrara al césped. La centrocampista de Tigres había sido la más aclamada en la previa e incluso mientras calentaba en la banda, y lo cierto es que la madrileña se llevó la gran ovación de la noche cuando reemplazó a Mariona. No hay duda: la querían de vuelta.
