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Ana Peleteiro denuncia agresiones sexuales de una expareja

Ana Peleteiro ha vuelto a 'gritar', aunque no para celebrar un triunfo
Ana Peleteiro ha vuelto a 'gritar', aunque no para celebrar un triunfoAlex Pantling / GETTY IMAGES EUROPE / Getty Images via AFP
Ana Peleteiro (29), que ya hace un par de años denunció que había sufrido violencia machista, ha denunciado públicamente y con más detalle la tóxica relación que tuvo con una de sus exparejas, que incluso llegó a forzarla a tener relaciones sexuales sin su consentimiento. Lo ha hecho a través de su cuenta de tiktok, donde ha seguido un hilo de mujeres que han contado su historia y que, a pesar de todo, no podían escapar de esa realidad por miedos o amenazas.

"... y aun así me quedé". Es la frase viral que se ha hecho tendencia en la citada red social, donde la atleta gallega ha denunciado las vejaciones físicas y psicológicas que sufrió de un novio anterior del que no ha desvelado su nombre. Por suerte, "y aunque parecía imposible conseguí salir y ser la mejor fuerte, valiente y feliz que soy hoy en día", ha recalcado. 

Algunas de las acusaciones que Ana Peleteiro ha denunciado públicamente han sido muy graves. "Me despertaba por las noches teniendo relaciones sexuales sin consentimiento... y aun así me quedé", ha contado. 

Como que "cambió todo de mí: la vestimenta, el pelo, la forma de actuar con mi familia, distanciarme de muchísima gente... y aun así me quedé". 

Ana Peleteiro, en su vídeo
Ana Peleteiro, en su vídeo@anapeleteirob

La campeona de Europa de triple salto ha comentado también que era incapaz de salir de esa relación de maltrato físico y psicológico porque estaba como bloqueada. "Tenía amigas nuevas cada mes y se inventaba películas de que eran amigas de hacía mil años, y era mentira, eran como amantes. Me decía que hablaba públicamente de nuestra relación para protegernos porque decía que el que no sabe no estropea. Discutía conmigo y amenazaba con dejarme cada vez que subía stories con él de cualquier cosa, del día a día... y aun así me quedé". 

Pero había más. "Se ponía un cristal templado que no permitía ver el teléfono a no ser que lo vieras de frente porque decía que yo no paraba de mirar el teléfono. Cada vez que yo sospechaba que estaba hablando con otra chica más y estaba a punto de descubrir otra infidelidad, decía que estaba completamente loca, que era invenciones de mi cabeza, y que iba a acabar rompiendo nuestra relación por tanta desconfianza y aun así me quedé