"Me ha costado mucho esta vez, ha sido muy difícil y duro, estos días también, me he llevado muchas decepciones personales, además de los dolores físicos, así que estar de vuelta y disfrutar tanto de la competición y habiendo sabida gestionarla me hace sentir muy orgullosa", relataba la atleta gallega, que también destacaba a su pareja. "Me apetecía mucho demostrar que es un fantástico entrenador y formamos un súper equipo".
Peleteiro profundizaba más en esos problemas vividos antes de la final. "La Federación está al tanto. Hace tres días recibí una información con amenazas, coacciones, movidas de alguien a quien yo apreciaba mucho, y nunca es plato de buen gusto".
Luego, volviendo a la final, la triplista contaba que "me merezco poder decir que soy buena competidora después de tantos años, cada vez disfruto más. Hoy he tenido que sacar los monstruos de la cabeza, jamás me he sentido tan baja. Si no llega a ser porque hice terapia hace dos días y por el colchón de las personas que tengo a mí alrededor no habría sido posible. Hoy era el día que menos me visualizaba ganando, de hecho me veía perdiendo. Así que me siento súper contenta y orgullosa de haberlo gestionado tan bien".
Y es que tenía a toda su familia y por supuesto a su hija animándola desde la grada. "Me levanteé cojeando y con dolores, el isquio me dio guerra desde el calentaniento. Pero vi a mi familia y saqué lo mejor de mí, por mi niña.
Ahora, a pensar en el Mundial de China. "Mentalmente estoy derrotada porque mi vida es siempre luchando contra todo, no sé por qué, pero intentaré mejorar y llegar sin dolores a China. Pero yo creo que soy buena persona y muy divertida, y eso me quedo. Tengo ganas del Mundial. Creo que es una buena oportunidad. Y como siempre decía Iván (Pedroso, su anterior entrenador), las oportunidades las pintan calvas, y hay que aprovecharlas".