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John Wall anuncia oficialmente el final su carrera

John Wall, exjugador de la NBA
John Wall, exjugador de la NBAHarry How GETTY IMAGES NORTH AMERICA Getty Images via AFP
La noticia de la retirada de John Wall llegó en un escueto tuit. Tras convertirse en una estrella a mediados de la década pasada, el base no volvió a ser el mismo, entre lesiones y malas decisiones.

Un escueto tuit, ni siquiera una foto: el insider número unode la NBA, Shams Charania, anunciaba este martes la retirada de John Wall. A sus 34 años, el cinco veces All-Star no pisaba una pista de la NBA desde enero de 2023, y se marcha en el más absoluto anonimato.

En marcado contraste con lo que fue su carrera. Bueno, a lo que fue su mejor momento. A mediados de la década de 2010, John Wall era un jugador importante en la NBA. Con una reputación halagüeña tras una exitosa carrera universitaria en Kentucky, fue seleccionado en primera posición del draft por los Washington Wizards, que acababan de poner fin a la era Gilbert Arenas y venían de dos temporadas horribles (por eso les otorgaron la primera elección).

Wall-Star

Un jugador espectacular, con unas cualidades físicas por encima de la media, que ataca el aro sin descanso y que además es un pasador infernal, promediando más de 10 asistencias durante tres temporadas seguidas. Si a eso le sumamos su calidad defensiva, siempre rápido para interceptar, y una capacidad real para elevar su juego en caliente (durante los play-offs de 2017, por ejemplo, pasó de una media de 23 a 27 puntos entre la temporada regular y los play-offs), tenemos a uno de los jugadores más espectaculares de la década de 2010.

Y, sobre todo, consigues un apodo pegadizo: Wall-Star. Y el base sería el principal artífice del regreso de los Wizards a los primeros puestos del Este. Esto culminó con tres semifinales de conferencia en cuatro años, la última de ellas con un famoso duelo a siete partidos contra los Celtics, una serie recordada por la expectación que produjo (y el séptimo partido de Kelly Olynyk).

Cinco veces All-Star entre 2014 y 2018, John Wall estaba entonces en la cima de su carrera y firmó por los Wizards por más de 170 millones de dólares (145 millones de euros). Una cantidad trivial hoy en día, pero enorme para la época. Por desgracia, fue allí donde iba a sufrir las punzadas de las lesiones. Y fue aquí donde su carrera dio un giro definitivo.

La mala suerte interviene

Pues no ha sido mimado en lo que a lesiones se refiere. A finales de diciembre de 2018, sufrió una lesión en el talón que le obligó a poner fin a su temporada. De hecho, como su juego se basa notablemente en su explosividad, es imposible correr riesgos con la recuperación. El problema fue que, en un primer momento, la operación le provocó una infección postoperatoria que retrasó su recuperación.

Luego, justo cuando este problema estaba resuelto, se cayó accidentalmente en casa y se rompió el tendón de Aquiles. Su temporada 2018/2019 ya había terminado, pero la siguiente ya estaba en peligro. Su franquicia, lógicamente, cayó en la jerarquía del Este, pese a la presencia de Bradley Beal, que intentó en vano llevar en solitario a los Wizards.

Y cuando ha podido volver, Covid ha estado ahí. No sabemos muy bien por qué, pero John Wall pidió ser traspasado antes del inicio de la temporada 2020/2021, que se había pospuesto por culpa de Covid. Fue enviado a los Rockets de Houston por Russell Westbrook, en lo que se describió como un intercambio de perder-perder entre dos enormes contratos. Salvo que el único que lo perdió todo en la historia fue él.

El dinero, a menudo una mala elección

Mientras Westbrook recuperaba su valor en la capital y ganaba para los Wizards una jugosa cantidad un año después, Wall llegaba a Houston. Jugó algunos partidos con James Harden antes de que éste forzara su marcha. Sin embargo, tras casi dos años sin jugar, su regreso fue especialmente sorprendente...

Aunque ya no tenía la explosividad que le convirtió en el jugador que solía ser, supo variar su juego para adaptarse a los criterios entonces vigentes en la NBA. Volver de una lesión en el tendón de Aquiles es complicado, como dicen todos los jugadores que la han sufrido, empezando por Kevin Durant, el ejemplo más famoso de los últimos tiempos. Pero 40 partidos promediando 20,6 puntos y 6,9 asistencias son especialmente alentadores, aunque físicamente no parezca estar a la altura. Luego tomó la peor decisión de su carrera: anteponer el dinero al deporte.

Al final de la temporada 2021, los Rockets entraron oficialmente en la fase de reconstrucción. No más Westbrook, no más Harden, Houston drafteó a Jalen Green con la segunda elección del draft, y para el entrenador de entonces, Stephen Silas, la consigna era clara: dejar paso a los jóvenes. John Wall fue advertido de que no encajaría en el plan. O negociaba con la directiva su marcha, o se pasaría la temporada vestido de traje en las gradas del Toyota Center.

En aquel momento, a John Wall aún le quedaba un año de contrato, más una opción de jugador por un valor colosal en aquel momento de casi 48 millones. Y él no quería renunciar a tanto dinero (a pesar de que ya había amasado casi 200 millones en su carrera). Pedirá un traspaso, como es lógico, pero nadie quiere asumir un salario tan alto sin garantías. Y en ningún momento intentará deshacerse él mismo de su contrato mediante una compra negociada, porque no quiere dejar ni un dólar sobre la mesa.

¿Fue el miedo a perder dinero o la certeza de que nunca volvería a ganar tanto en el futuro? En cualquier caso, eligió la segunda opción y se pasó un año viendo jugar a los demás. Todos los esfuerzos que había hecho para recuperar su mejor nivel quedaron anulados por esta decisión.

Un final desperdiciado

Al final de la temporada 2022, John Wall negoció con la directiva de los Rockets, se embolsó su player option y volvió a las canchas. Los Ángeles Clippers, con la misión de ganar el título, se lanzaron a por la oportunidad de tener a un cinco veces All-Star en el banquillo. Pero en un año en la grada, ha perdido todo su encanto. Prestado desde el parqué, sin ritmo, ya sin capacidad física para aguantar, no ha logrado causar ningún impacto real.

Su aventura duró sólo 34 partidos (a pesar de que había firmado por dos años). Los Clippers se deshicieron de él antes de la fecha límite de traspasos y, el insulto definitivo, lo traspasaron... a los Rockets, que una vez más absorbieron su contrato... ¡y luego lo cortaron! Su sombra planea ahora sobre todos los traspasos. Declaraciones de que estaba listo, que podría ayudar a un contendiente. Pero poco a poco, su sombra fue desapareciendo.

El pasado febrero, se mostró moderadamente optimista cuando visitó a Draymond Green en su podcast. "Creo que me queda otro año, quizá dos. Sigo entrenando todos los días. Siempre me gusta estar preparado, trabajar duro..... Nunca se sabe lo que puede pasar, así que me doy otro año, la próxima temporada, para ver qué pasa. Si no funciona, entonces estaré tranquilo con la idea de dejarlo".

Seis meses después... lo dejó.

Mala suerte, malas decisiones, lesiones, a pesar del talento, el espectáculo, el increíble nivel. Se retira con cinco All-Stars y una victoria en el Slam Dunk Contest de 2014. Sin duda un palmarés demasiado exiguo para el Salón de la Fama. Podemos consolarnos con sus highlights, que sin embargo nos harán lamentar este final desaprovechado de su carrera. Porque en la NBA actual, en la cima de sus facultades, John Wall habría tenido el lugar que le corresponde....