En su última apertura en el Dodger Stadium, Kershaw permaneció cuatro entradas y un tercio sobre el montículo en un triunfo por 6-3 ante los Gigantes de San Francisco.
Los 53.000 espectadores despidieron con una enorme ovación a uno de los mejores lanzadores de la historia de la popular franquicia angelina.
"No puedo expresar con palabras lo especial que ha sido esta noche para mí", les agradeció Kershaw. "Lo único que puedo decir ahora es: 'Gracias chicos por tanto... 18 años. No fue siempre un camino fácil, pero estuvieron conmigo".
Tan sólo un día antes, el texano anunció que pondrá cierre al final de temporada a una extraordinaria carrera en la que fue dos veces campeón de la Serie Mundial y tres veces merecedor del Premio Cy Young al mejor lanzador.
Kershaw no tuvo el viernes su mejor noche en la lomita pero mantuvo a los Dodgers en un partido que terminaron decantando de su lado con un home run de tres carreras de Shohei Ohtani.
El triunfo aseguró de paso el billete a los playoffs para los Dodgers, que pugnan por su segundo título seguido en las Mayores.
El pitcher eliminó a seis bateadores de los Gigantes pero también concedió dos carreras, cuatro hits y un home run del puertorriqueño Heliot Ramos en la entrada inicial.
Con los Gigantes 1-2 arriba, Dave Roberts, mánager de los Dodgers, dio la señal de que la noche de Kershaw había terminado.
Los 53.000 espectadores se pusieron inmediatamente en pie y le brindaron más de tres minutos de aplausos. Entre abrazos de sus compañeros, Kershaw se quitó la gorra para saludar a los aficionados mientras se dirigía al dugout.
"Sentí un poco de alivio, simplemente porque esta noche ha sido muy difícil", dijo Kershaw sobre su actuación.
"Pero este público ha estado conmigo desde el principio", recordó el texano, quien lanzó por primera vez en el Dodger Stadium en 2008 con 20 años en 2008.
Desde entonces acumuló elogios pero también dolorosas decepciones en playoffs a lo largo de una trayectoria frenada en varias etapas por lesiones.