Pero mirando las sensaciones en la conducción, los comentarios en radio y la tabla de tiempos, no fue nada mal para Carlos Sainz, que apuntaba que su Williams parecía un "coche vivo", que le daba buenas vibraciones en algunas curvas. Así se puede explicar su séptima posición, dos por detrás de su compañero, Albon, a poco más de cinco décimas de Gasly.
Al madrileño, por cierto, le dio para quejarse de un Ferrari que iba a velocidad muy reducida cuando él estaba en vuelta rápida. Estuvo cerca un accidente.
Fernando Alonso, por su parte, superó a Stroll, pero no terminó de encontrar el feeling adecuado con su monoplaza. Ni con ajustes ni con alerón trasero específico, este Aston Martin no rinde bien. Demasiado hizo el asturiano colándose 14º, a poco más de siete décimas del líder.
Un líder sorprendente, Gasly, que aventajó en siete milésimas a Lando Norris, de nuevo el gran candidato para ganar este Gran Premio de Arabia Saudí. Leclerc, con su Ferrari, completó el tercer puesto a menos de un segundo de ambos.
Menos sorprendente cada vez es ver a los Red Bull, incluso el de Verstappen, en la zona media. El campeón del mundo acabó noveno y con muchas quejas; Tsunoda, por detrás a tres milésimas.
El muro
Buscando los límites de los coches, a pesar de ser solo un entrenamiento, algunos pilotos ya dejaron su marca en los muros de Yeda, como Charles Leclerc o Oliver Bearman.