Centro de datos del Real Madrid-Juventus
Como un trozo de carne dura que por mucho que lo mastiques eres incapaz de tragarlo. Así fueron los primeros 45 minutos para el Real Madrid. La Juventus, víctima propicia por cómo llegaba, se le hizo bola haciendo lo que mejor saben los italianos, defender. Sin balón, Tudor puso una línea de seis defensas en la frontal para proteger a su portero. Y los otros cuatro, incluido Vlahovic, tenían prohibido separarse más de 20 metros de sus compañeros. Imposible penetrar por dentro y ni hablar del juego entre líneas.
La única solución que le quedó a los blancos, con extremos como Brahim y Vinícius con tendencia a ir hacia dentro, estuvo en los saques de esquina. Hasta nueve sacó Arda Güler en la primera mitad. Y varios los remató Tchouaméni, pero sin peligro para Di Gregorio. Más se tuvo que esforzar su colega de enfrente, Courtois, para detener antes los envenenados disparos de McKennie y de Gatti. La Juve amenazaba a la contra y los blancos, sin espacio para correr, hacían menos daño que una mariposa en un prado abierto.
Por eso se hizo de rogar el primer disparo. Fue Brahim tras el primer y último contragolpe. El propio malagueño se las ingenió para asistir a Mbappé, pero Di Gregorio fastidió la celebración. Y luego, cuando el Madrid tenía embotellado al rival, Kylian dejó por los suelos a su defensor para regalar un caramelo a Militao, pero el central se empachó y lo lanzó por encima del larguero.
Bellingham, el oportunista
El viento a favor con el que el Madrid se marchó a los vestuarios cambió de dirección en la reanudación. Con Yildiz sacando gotitas de talento, la Vecchia Signora amenazó de lo lindo. Vlahovic, conduciendo el balón, le ganó una carrera de 60 metros a Militao y sólo el milagroso Courtois evitó el desastre.
El propio serbio no llegó por poco a un pase maravilloso de Yildiz. Se animó tanto la Juve que se quitaron sus jugadores el corsé y eso permitió idas y vueltas, alternativas varias, una especie de locura en el Bernabéu. Y en ese contexto, en ese desorden con intercambio de golpes, los locales se manejan como peces en el agua. Cuando le tocó atacar, Vinícius disparó al palo y el rechace le cayó a Bellingham para poner el 1-0.
Aún era un resultado corto y por eso no dejaron de atacar los de Xabi Alonso. Gozaron de varias ocasiones clarísimas, pero Di Gregorio se vistió de Iker Casillas para frenar a Mbappé y a Brahim en el rechace. Brutales paradones. También Gatti se interpuso en el voleón de Valverde, primero, y en un disparo de Brahim, después. Los de Turín no se achicaron y siguieron llegando al área de Courtois. Entre Militao y Asencio, que acabó lesionado en el muslo izquierdo, solventaron la papeleta junto con el belga, que se mostró poderoso ante un tiro en el último minuto durísimo de Kostic.
Jugador Flashscore del partido: Arda Güler (Real Madrid).