El Borussia Dortmund acudió al estadio Dall'Ara con un objetivo claro y contundente: ganar los tres puntos. Si en la Bundesliga la situación parece complicada y nada positiva, en el ámbito europeo el camino de los alemanes es definitivamente más favorable, con cuatro victorias en los seis partidos disputados.
En cambio, el Bolonia vive una parábola completamente opuesta: mientras que el equipo de Vincenzo Italiano está logrando excelentes resultados en la Serie A, la trayectoria en la Liga de Campeones ha sido hasta ahora decepcionante, con los rossoblù relegados al último puesto de la clasificación con sólo dos puntos acumulados.
Sin embargo, el empuje de la afición y la hábil gestión del exentrenador florentino marcaron la diferencia en esta histórica noche europea, que se saldó con una extraordinaria victoria por 2-1, gracias a los goles de Dallinga e Iling-Junior. Ambos, que entraron desde el banquillo, resultaron decisivos, dando a los boloñeses su primera victoria en la competición futbolística más prestigiosa de Europa.

Ingenuidad de Holm y lesión de Orsolini
Tras un inicio de partido marcado por una decente gestión del juego y cierta personalidad, el Bolonia se vio en desventaja en el minuto 14, cuando un claro agarrón de Holm sobre Antón hizo inequívoca la decisión del árbitro, que señaló penalti. Guirassy capitalizó con una impecable conversión.
La reacción del equipo de Italiano fue rápida y decisiva, y los Felsinei estuvieron a punto de empatar gracias a una rápida estirada de Ndoye. El delantero, tras desorientar a la defensa, sirvió una asistencia milimétrica al centro del área para Castro, quien, sin embargo, falló por muy poco.
Poco después, a los transalpinos se les negó un penalti por una supuesta falta en el área contra el '11' suizo, que fue sujetado por la camiseta y obstruido en su intento de rematar un balón perfectamente medido hacia el segundo palo. A pesar de las vehementes protestas, el árbitro consideró que el contacto había sido demasiado leve, dejándolo pasar y provocando el descontento de los aficionados rossoblù.
También fue una primera parte desafortunada para el Bolonia, que pronto tuvo que prescindir de Orsolini, que se vio obligado a abandonar el terreno de juego en el minuto 35 debido a una lesión muscular en el muslo derecho. Fue un momento especialmente malo para el número 7, que, recién salido de una baja, tuvo que volver a parar.
Los cambios de Italiano dieron la vuelta al partido
En la segunda parte, el Bolonia se hizo con el control del partido, acelerando el ritmo y cambiando por completo su planteamiento. Parte del mérito correspondió a los cambios realizados por el técnico Italiano, que introdujo a Casale, Dallinga y Odgaard: los dos últimos resultaron decisivos, modificando la inercia del partido. De hecho, tras el casi doblete de Guirassy, que, bien situado en el área, se anticipó a la desacertada salida de Skorupski, pero envió el balón justo por encima del travesaño, los de boloñeses dieron la vuelta por completo al partido.
Tras un inicio de periodo prometedor y algunos esfuerzos meritorios, los locales se vieron finalmente recompensados, dando la vuelta al marcador en apenas 50 segundos. La defensa alemana se mostró demasiado pasiva, incapaz de frenar la filtración de Odgaard, que tuvo la lucidez de servir a Dallinga en el área para que este marcara el gol del empate.
Ni siquiera hubo tiempo para la reanudación y los rossoblù recuperaron el balón con gran agresividad, siendo el autor del 1-1 quien arrebató el esférico al ingenuo Anton, para luego disparar hacia la portería. En el rechace, Iling-Junior se encontró listo, embolsándose el 2-1 y haciendo estallar al Dall'Ara.
Un uno-dos letal que noqueó al Borussia Dortmund, obligándole a marcharse derrotado de la casa del Bolonia. Una debacle que hizo caer a los alemanes hasta la decimotercera plaza de la clasificación, mientras que los transalpinos, gracias a la victoria, ascendieron al puesto 27, con cinco puntos.