No hace tanto de eso, pero ya parece una eternidad. Tras la pandemia de la COVID-19, las andanzas económicas del Barça quedaron al descubierto, Josep María Bartomeu se vio obligado a dimitir por una moción de censura, Joan Laporta regresó más por su nombre que por un programa real, Lionel Messi se marchó a mediados de verano y, en noviembre, Xavi Hernández sustituyó a Ronald Koeman como entrenador de la máxima categoría.
Tanto en sus cuentas como sobre el terreno de juego, el club blaugrana estaba desahuciado. Cuando se hizo cargo del Barça, Xavi eligió un extraño once para un derbi contra el Espanyol jugado en un Camp Nou semivacío. Un mes después, ante el Elche, salió de inicio con Ferran Jutglà, delantero formado en los pericos antes de fichar por el filial culé, con el que había marcado cuatro goles y dado cuatro asistencias desde el inicio de la temporada. El catalán abrió el marcador al cuarto de hora.
Al final, la historia sólo duró cinco semanas. En enero llegaron Ferran Torres, Pierre-Emerick Aubameyang y Adama Traoré, y Jutglà regresó a la Primera RFEF, donde terminó con fuerza, con 15 dianas. Su eclosión, por breve que fuera, cambió por completo su carrera. A los 23 años, todo cambió porque el Club Brujas acudió a su llamada.
Jutglà acabó fichando por la Venecia del Norte y destacó a las órdenes de Rik de Mil: 15 goles y ocho asistencias entre todas las competiciones en 44 partidos, ocho de ellos en la Liga de Campeones. Contribuyó decisivamente a la clasificación del equipo para los octavos de final, en los que los belgas empataron con Atlético, el Oporto y el Levekerkusen. Su estado de forma es tan impresionante que su nombre se ha barajado como posible sustituto de Álvaro Morata en la selección.
Su versatilidad le mantiene en movimiento
La temporada 2023/24 debía ser la de su confirmación, pero la pubalgia le pasó factura en verano y no gozó de la confianza de Ronny Deila. Titular en todos los demás partidos de liga, terminó con una nota alta, con cuatro dianas y dos asistencias en los seis últimos partidos de la temporada regular, a pesar de que Nicky Hayen había ocupado el puesto técnico en marzo.
En los play-offs, aunque sólo fue titular en cuatro de 10 ocasiones, se las arregló para marcar un gol y dar cinco asistencias ayudaron a su club a conquistar el título. En la Conference League, el ariete catalán fue capaz de anotar un doblete en el partido de vuelta de cuartos contra el PAOK.
Pero nada pudo hacer: perdió su puesto. Gustaf Nilsson llegó procedente del Union Saint-Gilloise y fue titular en la delantera. Christos Tzolis jugó en la izquierda, el capitán Hans Vanaken recaló en el centro del campo y Andreas Skov Olsen se desplazó a la derecha. Pero este invierno, el danés fichó por el Wolfsburgo. Y la polivalencia de Ferran, en un sistema de uno o dos puntas, le devolvió los favores de Hayen, que lo había alineado sobre todo en la Liga de Campeones, entre otras cosas por los problemas de talón de Aquiles de Nilsson. Una prueba de que Jutglà sabe trascender cuando las cosas se ponen difíciles.
El atacante de 26 años elevó su nivel en la eliminatoria contra la Atalanta. En el estadio Jan Breydel, abrió el marcador al cuarto de hora(2-1). En la segunda parte, asistió a Chemsdine Talbi con un pase decisivo y envió un magnífico disparo al fondo de las mallas justo antes del descanso. Razón de más para ser uno de los jugadores más destacados en la ronda de octavos.