Los Blues habían disfrutado posiblemente de su mejor noche en el Allianz Arena al ganar el trofeo en 2012, pero desde aquel famoso encuentro habían perdido todas las veces que se habían enfrentado al Bayern.
Una tarea difícil para el Chelsea a pesar de su reciente racha europea
Por no hablar de que los anfitriones también habían perdido solo uno de sus últimos 11 partidos en casa contra equipos ingleses en la máxima competición europea (W8, D2).
Por ello, siempre iba a ser una tarea difícil para los campeones del mundo a pesar de haber ganado 12 de sus 13 partidos europeos desde la última vez que estuvieron en la Liga de Campeones en 2022/23.

Con 25 años y 122 días, Enzo Maresca había nombrado la tercera alineación titular más joven de la historia del Chelsea en un partido fuera de casa de la UCL, después del partido contra el Ajax en octubre de 2019 (25yrs 71d) y en noviembre de 2004 contra el CSKA de Moscú (24yrs 323d).
Harry Kane titular con el Bayern significaba que lo había hecho en más partidos contra el Chelsea (21) que contra cualquier otro equipo en su carrera. Ocho goles en total antes del choque del miércoles, sin duda mejorables, aunque ya había marcado en sus dos partidos anteriores contra el conjunto del oeste de Londres.
El Bayern tomó la iniciativa
Como era de esperar, los bávaros tomaron la iniciativa, e incluso antes de que Trevoh Chalobah se metiera un gol en propia puerta en el minuto 20 para poner a los locales uno arriba, el Bayern había dejado pasar cuatro ocasiones razonables.
Kane se convirtió entonces en el protagonista, al transformar un penal a los seis minutos para dar a su equipo una ventaja. El delantero entró así en la historia de la Liga de Campeones al convertirse en el tercer jugador, tras Cristiano Ronaldo y Neymar, que marca más de 20 goles con dos equipos distintos en la competición.
Sin embargo, el colega internacional del capitán inglés, Cole Palmer, no iba a quedarse atrás. Después de haber marcado su primer gol a puerta vacía desde enero, en el encuentro del fin de semana contra el Brentford, lo siguió con un tanto marca de la casa antes de la media hora para meter de nuevo al Chelsea en el partido.
Fue su 73º gol (45 goles, 28 asistencias) en 100 partidos en todas las competiciones con el conjunto de Stamford Bridge, y deja bien clara su importancia para el equipo.
Aunque el Chelsea parecía dominar el encuentro tras el gol de Palmer, con una avalancha de disparos a puerta que le daban ímpetu en el sentido ofensivo, el 67,9% de posesión del Bayern al filo del descanso sugería que, de hecho, eran ellos quienes tenían el control absoluto del juego.
Kimmich se impone en el centro del campo
El 95,4% de pases completados por Joshua Kimmich fue otra muestra del dominio de los locales, a pesar de los esfuerzos de los Blues.
Aunque el mayor número de pases que dio a un jugador (11) fueron hacia atrás, hacia Dayot Upemecano, el Chelsea fue incapaz de frenar los 10 balones a Konrad Leimer o los ocho a Michael Olise, y gran parte del ímpetu del Bayern provino del ex jugador del Crystal Palace.
La segunda parte comenzó de forma similar a la primera, y el equipo de Vincent Kompany había disparado tres veces a puerta antes de que Kane marcara su segundo gol y el tercero del Bayern justo después de cumplirse la hora de juego.
Fue el 13º gol del delantero en la UCL desde el comienzo de la 2024/25, igualado con Raphinha y Serhou Guirassy. Nadie ha marcado más en el mismo periodo de tiempo.
Joao Pedro fue el único jugador del Chelsea que opuso resistencia, ganando 10 de sus 16 duelos.
De hecho, sólo 10 entradas realizadas por todo el equipo azulgrana, dos de ellas de Joao Pedro, mostraron una falta de espíritu y deseo que no es probable que complazca a Maresca.
Los suplentes del Chelsea no alteraron el juego
A pesar de que el italiano intentó cambiar el rumbo del partido dando entrada a Andrey Santos y Alejandro Garnacho, la tónica siguió siendo la misma.
El dominio del Bayern y el 65,5% de posesión del balón en la segunda parte hicieron que los visitantes persiguieran las sombras durante largos periodos y, al no ser capaces de abrir brecha, el Chelsea terminó el partido con el indeseado récord de haber perdido sus tres últimos partidos en la competición.

Es la racha más larga de derrotas en la Liga de Campeones desde al menos la temporada 2004/05, y tiene que ser una auténtica llamada de atención para el club.
Cuando se calmen los ánimos, los londinenses intentarán sacar lo mejor del partido. Por ejemplo, todos los jugadores que participaron en el partido, salvo Estevao, recuperaron la posesión del balón al menos una vez.
Sin embargo, verán que tener más centros (14 a 12), más regates totales (16 a 10) y la misma cantidad de toques en el área rival (23) sólo servirá para resaltar su despilfarro de la noche.
Con el Manchester United como próximo rival en la Premier League y José Mourinho a punto de regresar a Stamford Bridge con su nuevo club, el Benfica, dentro de quince días para el próximo compromiso de los Blues en la UCL, hay mucho trabajo por hacer en el campo de entrenamiento.
