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Así han revolucionado las futbolistas españolas su selección en dos años

Las españolas en un entrenamiento.
Las españolas en un entrenamiento.SALVATORE DI NOLFI/Profimedia
Si España está en su tercera final de un gran torneo en dos años, también debe mucho a los cambios internos provocados bajo la presión de las propias jugadoras. Tras años de lucha, Irene Paredes (34) y sus compañeras pueden por fin concentrarse en lo que mejor saben hacer: jugar al fútbol para ganar títulos.

"Se acabó". Estas dos palabras pegadas por todas partes el día después de la final del Mundial 2023 ganada por España denunciaban en primer lugar la agresión sexual sufrida por Jenni Hermoso por parte de Luis Rubiales, entonces presidente de la Real Federación Española de Fútbol, que acabó siendo condenado. pero también todo un sistema misógino y patriarcal que permitió la sensación de impunidad que llevó a que este acto fuera finalmente castigado por la justicia. La propia institución estaba en el centro de las críticas expresadas en los distintos comunicados de prensa emitidos por las campeonas del mundo, cuyo triunfo se vio totalmente ensombrecido por el reprobable comportamiento de su dirigente.

Las 23 heroínas fueron convocadas a una concentración, a la que habían pedido no asistir como protesta, por lo que tuvieron que volar a Valencia contra su voluntad, bajo amenaza de ser suspendidas durante varios meses. Las capitanes asumieron entonces sus responsabilidades y empezaron a mantener reuniones nocturnas con los altos cargos de la RFEF para poner todo en orden y pedir legítimamente cambios reales, después de haber conseguido ya algunos ajustes superficiales para convencer a 'las 15' de que volvieran a la selección antes del Mundial.

La racha perfecta de España
La racha perfecta de EspañaFlashscore

Se abordó todo: las condiciones de viaje, el alojamiento, las condiciones de entrenamiento, el respeto a los tiempos de recuperación, la planificación de los grupos, la privacidad individual, la cualificación del personal, el lugar de los hijos para las jugadoras que son madres, el nivel de exigencia y compromiso de la RFEF con el fútbol de mujeres... Todo un cúmulo de cuestiones que se han convertido en preocupaciones cotidianas para unas futbolistass a las que se les exige rendir al máximo nivel. Y sus homólogos masculinos no tienen que preocuparse por estas cuestiones.

El campo base de Suiza, símbolo del cambio de época

En la última Eurocopa, cuando España fue eliminada por Inglaterra en cuartos de final, las jugadoras se alojaron en Marlow, un pueblo de 14.000 habitantes al oeste de Londres especialmente alejado de cualquier lugar. Peor aún fue en el Mundial 2023, cuando la Roja se instaló en Palmerston North (Nueva Zelanda), en un precario hotel, antes de tener que cambiar de campamento base porque las instalaciones habilitadas eran inadecuadas y el terreno de juego estaba en pésimas condiciones. Las españolas alternaron Wellington y Auckland antes de volar a Sídney. El primer cambio significativo fue que la selección tenía derecho a alojarse sistemáticamente en hoteles de cinco estrellas, muy lejos de los cochambrosos alojamientos en polígonos industriales que habían conocido las generaciones anteriores.

Todo ha cambiado desde entonces. En Suiza, la selección española se entrena en el estadio Juan Antonio Samaranch, uno de los pocos campos de entrenamiento de la competición que cumple todas las normas establecidas por la UEFA. El resto del tiempo, Alexia Putellas y sus compañeras pueden disfrutar de un campamento base en Lausana, una de las ciudades más grandes del país, en un moderno hotel encajonado entre los Alpes y el lago Lemán, "considerado el mejor del torneo", según una fuente de la UEFA citada por Sport. El lugar ha sido diseñado por la RFEF como un espacio vital en el que las jugadoras deben sentirse como en casa. Irene Paredes, por ejemplo, puede reunirse con su hijo Mateo en una zona habilitada para ello después de comer.

"Es sin duda el mejor campo base de la historia. Y la ciudad que han elegido para nosotras es perfecta", dice Patri Guijarro, que saborea esta Eurocopa después de haber descartado las dos últimas competiciones para pedir las mismas mejoras. La verdad es que nos sentimos como en casa. Las españolas incluso han podido aprovechar su posición estratégica entre Berna y Thun, donde jugaron sus partidos de la fase de grupos, para visitar en sus días libres las localidades de los alrededores, que también son más numerosas y están menos controladas que en las últimas competiciones.

"Sólo queremos disfrutar del fútbol"

Además del campamento base, se ha creado todo un entorno en torno a las campeonas del mundo para que puedan concentrarse únicamente en el deporte y en sus actuaciones: una delegación de al menos 60 personas, especialistas en todos los ámbitos, desde la comunicación hasta la nutrición, un amplio equipo humano... Todo ello con una verdadera voluntad de dar a conocer a la selección , desde formatos originales en las redes sociales hasta jornadas mediáticas organizadas antes de cada partido decisivo a lo largo de la Eurocopa para ofrecer a los periodistas, españoles o no, nuevas historias que contar.

"Estoy disfrutando mucho de este torneo, quizás incluso más que en los anteriores", Irene Paredes, con 118 internacionalidades a sus espaldas. "Hemos llegado a un momento de tranquilidad en el que sólo queremos disfrutar del fútbol", relata. Justo detrás de ella, Montse Tomé también constata la evolución en la forma de tratar a la selección, y considera "un gran cambio" el hecho de que las preguntas en vísperas de la final sólo se refieran al fútbol.

Irene, como acostumbra, quiere más: "Desde la final del Mundial se ha avanzado mucho, pero sigo convencido de que hay que seguir abriendo puertas para normalizar situaciones que cada vez lo son más. Hemos derribado muchos muros, somos un referente para chicas y chicos, pero aún nos quedan cosas por hacer".

Sigue la final en directo a través de Flashscore.