Gigante del fútbol femenino, con ocho títulos continentales, Alemania organizará este torneo por tercera ocasión (tras 1989 y 2001), apenas cinco años después del éxito deportivo, organizativo y de público de la Eurocopa masculina en 2024.
Con ganas de revancha después de haber visto cómo la FIFA optaba por Brasil para albergar el Mundial 2027, Alemania ambiciona "ayudar a hacer realidad (...) el enorme potencial aún no explotado" del fútbol femenino, según su dosier.
"Tenemos grandes estadios y estoy convencido de que podemos llenarlos", comentó recientemente Bernd Neuendorf, presidente de la Federación.
Alemania presenta ocho estadios que sobrepasan holgadamente las exigencias de aforo de la UEFA.
Si el de Wolfsburgo ofrece apenas 26.000 asientos; Leipzig, Colonia y Hanóver superan las 40.000 localidades; Düsseldorf y Fráncfort las 50.000; y el de Dortmund y el Allianz Arena de Múnich cuentan con aforos superiores a las 60.000 personas.
En busca del millón de entradas
En total, Alemania aspira a "más de un millón de entradas vendidas", por las 657.291 del pasado verano en Suiza, un criterio decisivo, ya que la Eurocopa femenina sigue siendo deficitaria para la UEFA a pesar de su creciente tirón popular.
El país presenta también una óptima ubicación geográfica y una densa red ferroviaria.
Candidata derrotada ante Suiza para la edición de 2025, Francia no se postuló esta vez para organizar el torneo, como sí hicieron Polonia, y Dinamarca y Suecia -esta vez sin sus vecinos finlandeses y noruegos-.
Italia y Portugal, por su parte, retiraron sus candidaturas para centrarse en la organización de dos torneos masculinos, la Eurocopa 2032 con Turquía y el Mundial 2030 con España y Marruecos, respectivamente.
