La Lazio puso el piloto automático en busca de su octavo triunfo consecutivo en todas las competiciones. Y para superar al Ludogorets, el entrenador biancocelesti, Marco Baroni, rotó lo mínimo . Y la primera ocasión digna de mención, en el minuto 23, vio al exdelantero del Verona reaccionar de forma poco brillante en el centro del área tras un centro desde la derecha.
Los visitantes no tuvieron miedo, mostrando algunos regates decentes y apoyándose en el capitán Pedro Naressi, cuyo olfato le permitió actuar como un director tranquilo por delante de la defensa. El brasileño fue el pivote en torno al cual los búlgaros construyeron sus principales tramas, con los defensas exteriores mostrándose luego en proyección. El primer disparo a puerta llegó en el minuto 37 cuando Dia desafió al guardameta rival. Poco después fue Noslin quien intentó una jugada en el área pequeña, pero fue de nuevo escudado por un Bonmann que respondió.
El planteamiento de la segunda parte fue revolucionario para Baroni, que introdujo a Lazzari, Isaken y Castellanos por Pellegrini, Tchaouna y Dia. Y la presión aumentó, aunque, aparte de un disparo fuerte pero centrado de Pedro en el minuto 58, no hubo ningún sobresalto. El entrenador de la Lazio dio entonces espacio a Rovella para acelerar el motor. Noslin se desplazó a la derecha, mientras que Isaksen acabó en la izquierda en un intento de alimentar a Castellanos, protagonista pasada la hora de juego de una espectacular rabona cruzada sin consecuencias letales.

Patric y sus compañeros protestaron en gran medida por un contacto entre Marcus e Isaksen en el área búlgara, pero la repetición del VAR no convenció al árbitro croata Strukan, cuya no concesión de penalti hizo hervir de ira al Olímpico. En el minuto 86 llegó la sacudida más potente: Guendouzi cargó con un disparo desde fuera del área, otro más de la Lazio, y golpeó violentamente la parte superior del travesaño, haciendo saltar el grito por las gargantas de los aficionados locales.
En el minuto 91, fue Castellanos quien buscó el gol con un disparo con efecto que se marchó desviado por el segundo palo, sin que el guardameta rival se sorprendiera. Los últimos intentos de los locales, sobre todo en centros altos y lentos, murieron todos en los brazos del defensa extremo rival, último baluarte seguro de un Ludogorets que salió vivo del Olímpico pese a una contienda desigual. Para la Lazio, la decepción de perder la posibilidad de conseguir su quinta victoria en cinco partidos de Europa League, pero también la confirmación de una gran viveza, que dará sus frutos a largo plazo.

Jugador Flashscore del partido: Bonmann (Ludogorets)