Fue un comienzo ardiente de Martin Anselmi al frente de los Dragones, que tenían que ganar en casa de los israelíes. Su once inicial incluyó la ausencia de Galeno -vinculado con un traspaso a Arabia Saudí- y la incorporación de Namaso como hombre más adelantado, dada la ausencia por lesión de Samu.
La Máquina... oxidada
Ante un público desnortado de unos 400 aficionados del Oporto, asistimos al estreno del nuevo modelo del técnico argentino, con Eustáquio replegado atrás para construir con los centrales -muy abiertos y con mucha progresión-, Varela como enganche, Nico y Pepê en una zona más interior, las bandas dejadas a João Mário y Francisco Moura, Fábio Vieira era el creador y Namaso... lejos del área. Diogo Costa fue la primera arma ofensiva, pero tras dos malos pases -de los que tuvo la culpa el mal terreno de juego- limitó sus ocasiones en los primeros minutos.
Si nos centramos tanto en la táctica, creo que eso lo dice todo sobre lo que ocurrió sobre el terreno de juego. Los disparos sólo llegaron pasada la media hora de juego, por lo que sólo queda destacar las notas de este nuevo Oporto, mucho más presionante, dominando la posesión, pero sin amenazar. De hecho, el primer atisbo de gol llegó en un saque de esquina, pero Nico cabeceó por encima, y después fue Namaso quien falló la recepción solo en el área.
Los israelíes se atrevieron a contragolpear y así fue como crearon la mejor ocasión de la primera parte. Turgeman superó a dos centrales en un lanzamiento de falta, pero disparó desviado desde el borde del área. Las estadísticas dijeron lo que las palabras no pueden.
Nico alivia a Oporto
En la reanudación, los azules y blancos, sin cambios pero con las caras frescas, se pusieron las pilas. Tanto es así que, pocos minutos después, un buen pase de João Mário dejó a Namaso frente a la portería, y el sutil disparo del delantero inglés se marchó rozando el poste.
No fue la primera vez, fue la segunda: en el minuto 58, el Oporto se asentó en el último tercio, João Mário tuvo tiempo de levantar la cabeza, tomar el control y enviar un centro teledirigido para un cabezazo aún mejor de Nico, que se elevó por encima del portero. Fue el primer gol europeo del español para los portistas.
El Maccabi respondió de inmediato, con un conejo sacado de la chistera por Osher Davida, quien, desde el centro del campo, enroscó un disparo que dejó temblando al portero. Tras el susto, los cambios: Vasco Sousa y Deniz Gul entraron primero, mientras que Zaidu y Galeno lo hicieron después, cuando los locales perdieron fuelle y se metieron en el partido. Fue Otávio quien evitó el empate en dos ocasiones consecutivas.
En los últimos minutos, después de que Joris van Overeem apareciese en una buena posición para rematar de cabeza, Anselmi decidió echar el cerrojo y dar entrada a Zé Pedro en lugar del goleador, agotado físicamente. Aun así, los israelíes siguieron presionando e incluso marcaron en una buena jugada culminada por Dor Peretz, pero hubo fuera de juego en el inicio de la jugada.
Mejor jugador del partido: Nico González (Oporto).