Siempre que termina un curso y arranca uno nuevo, los planteles de los equipos de futbol pierden algunas piezas e incorporan otras. Ello provoca que queden dorsales vacantes en busca de nuevo dueño. Es el caso del Real Madrid, que este verano tendrá algunos cambios destacados en ese apartado.
Sin ir más lejos, un número con la relevancia del 10 en la historia del deporte rey quedará huérfano en cuanto Luka Modric juegue su último partido. Asociado habitualmente a los líderes, la responsabilidad de portar el 10 parece destinada a recaer en manos de Kylian Mbappé (26). En la historia reciente del club de la capital de España lo han llevado jugadores como Ozil, Robinho, Wesley Sneijder o Luís Figo.
A partir de ese traspaso de poderes entre la leyenda croata y el galo, destinado a convertirse en una, debería producirse un baile de piezas que comenzaría con Endrick (18) sucediendo al francés como propietario del 9, que tuvo en Alfredo Di Stéfano a su máximo estandarte.
De producirse ese movimiento por parte del brasileño, se liberaría el 16, uniéndose a los también disponibles 12, 16, 17, 18, 24 y 25. De entre esas opciones, si es que ningún futbolista de los que se quedan en la plantilla decide ceder su número, deberán elegir una Alexander Arnold (26) y Dean Huijsen (20), los fichajes confirmados hasta el momento.
En el caso del español, es muy probable que opte por el 12, el mismo que ha utilizado en sus recientes convocatorias con la selección. Algo más difícil es adivinar lo del inglés, que en el Liverpool lucía el 66 y en LaLiga, por normativa, tiene que seleccionar dentro del rango que va del 1 al 25.