De los creadores de colocar partidos con menos de 72 horas de descanso, ahora llega una nueva fecha controvertida para un partido de LaLiga. El Barça no quería ni por asomo que se jugase ese día 27 porque se vuelve de un parón internacional y no podría contar con sus futbolistas sudamericanos. Osasuna tampoco quería disputar el encuentro ese día. Y más teniendo en cuenta que ya tenía programada su visita a San Mamés el viernes 28, algo que ahora deberá ser cambiado.
Pues dicho y hecho. La RFEF, a través del Juez Único de Competiciones Profesionales, y a propuesta de LaLiga, ha colocado el duelo entre culés y rojillos para ese último jueves del mes de marzo. Raphinha y Araújo, por ejemplo, no llegarían a tiempo para disputarlo, siendo dos sensibles bajas para ese compromiso.
El problema es que el Barcelona, vivo en la Champions y en la Copa del Rey, no disponía ahora mismo de otra fecha libre que no fuera esa o la de jugar tres días antes de la última jornada, como habían propuesto tanto azulgranas como Osasuna, esta entidad como tercera opción.
Una proposición que ha sido rechazada por la RFEF, que ha decidido que sea el 27 de marzo el día para jugar ese choque aplazado. Ahora será turno de LaLiga para colocar la hora del mismo.