Centro de datos del Valladolid-Valencia
Es difícil que los aficionados neutrales puedan imaginar la tensión que se respiraba en el Zorrilla cuando no hemos llegado ni al ecuador de LaLiga. Pero para pucelanos y ches, este partido era como una final. Último contra penúltimo, el descenso como amenaza real, y la oportunidad de ver luz a costa de meter más penumbra al horizonte del rival. Hasta coinciden en el odio a sus presidentes. Demasiado en juego.
De ahí la precipitación, los errores continuos en el pase, los constantes fueras de juego por la ansiedad de marcar, las protestas contra un árbitro, Ortiz Arias, que tiró de empatía para no liarse a tarjetazo limpio... Fútbol, por supuesto, nada. Oportunidades, casi tampoco. Hasta que llegó la metedura de pata de Mosquera. Siendo el último hombre, se le escapó un control, permitió que Marcos André le robara la bola y por ahí apareció Anuar para llevársela definitivamente, imponerse a Tárrega y batir en su salida a Dimitrievski.
El tanto dejó aún más frío a un Valencia sin ideas, impotente, con un Baraja que veía ya de cerca su adiós. Su único argumento, un centrochut de Javi Guerra y los centros de Fran Pérez que, aun bien colocados, no llegaban a Hugo Duro. Lo de siempre, vamos. Así que, con cierto orden, los vallisoletanos se fueron al descanso con 1-0 y sin demasiado sufrimiento.
La charla de Baraja y la entrada de Almeida en la mediapunta creó cierto efecto en sus jugadores, pero sin conseguir su objetivo de generar ocasiones. Y los pocos acercamientos a portería morían en las manos de un Hein muy seguro bajo el arco. Ni siquiera las ganas de Juma Bah de arriesgar y 'hacer un Mosquera' cambiaron las tornas.
La roja a Latasa
Pero el Pucela, que parecía tenerlo todo bajo control, se pegó un tiro en el pie, o un codazo a la nuez. Literal. Es lo que propinó Latasa a Tárrega apenas cinco minutos después de haber entrado en el campo. Le cazó el VAR y la amarilla inicial se convirtió en roja con un cuarto de hora por delante.
Se encerró más aún el cuadro de casa, con los 10 que tenía defendiendo en su área el asedio total de los valencianistas. Pero cada centro a la olla era repelido. Y, por supuesto, cada acción acababa con uno o dos futbolistas vallisoletanos como si se hubieran roto una pierna. El agua milagrosa hacía maravillas para desesperación del Pipo y de sus pupilos ante las evidentes pérdidas de tiempo. Pero dio igual. Aunque se hubieran añadido 20, 30 o 40 minutos más, el Valencia no habría marcado. Pudo hacerlo con una mala salida de Hein en el 95, su único error, pero apareció Juma bajo palos para despejar. Y el Valladolid ganó, y lo celebró como un título. Y eso que sigue en descenso, pero ya no es el último.
Jugador Flashscore del partido: