El encuentro se celebrará en La Cerámica, que es donde corresponde en condiciones normales. Sin embargo, durante mucho tiempo estuvo sobre la mesa la opción de que el choque se jugara en Miami.
Javier Tebas tiene, desde hace tiempo, la idea de llevar un partido de LaLiga a Estados Unidos, con el objetivo de dar impulso financiero y proyección internacional al campeonato.
El pasado 11 de agosto, la Junta Directiva de la RFEF aprobó los planes para albergar el encuentro de LaLiga en el Hard Rock Stadium. Este fallo abría de manera oficial la puerta a que se disputaran partidos al otro lado del Atlántico.
Un día después, el Real Madrid se oponía formalmente a esta decisión porque consideraba que adulteraba la competición, al permitir al Barcelona jugar un partido en suelo neutral, que tendría que haberlo disputado a domicilio. “Viola el principio esencial de reciprocidad territorial“, aseguraba.
El 6 de octubre se pronunció la UEFA, que aceptó el partido de Miami, si bien mostraba abiertamente su disconformidad. “Dado que el marco regulatorio relevante de la FIFA, actualmente bajo revisión, no es lo suficientemente claro y detallado, el Comité Ejecutivo de la UEFA ha tomado a regañadientes la decisión de aprobar, de manera excepcional, las dos solicitudes que le fueron remitidas”.
El plante de los clubes de LaLiga
El 17 de octubre, la AFE tomó cartas en el asunto y en la novena jornada liguera, los futbolistas protestaron no disputando los 15 primeros segundos de cada partido. También llegaron a participar en este rechazo jugadores de Villarreal y Barcelona.
Cuatro días después, Carvajal denunció la “corrupción” de la competición y el Real Madrid se dirigió al CSD por este asunto.
Horas después de la protesta del club blanco, el partido fue cancelado. Relevent, la empresa promotora del evento alegó “tiempo insuficiente” para organizar un partido de tal magnitud.
Tebas se manifestó de la siguiente manera tras conocer la decisión. "Hoy el fútbol español ha perdido una oportunidad de avanzar, proyectarse al mundo y fortalecer su futuro. La 'integridad de la competición' es apelada por aquellos que han pasado años cuestionando esa misma integridad, presionando a árbitros, dirigentes, construyendo narrativas distorsionadas o utilizando la presión política y mediática como herramienta deportiva”.
