El extremo valenciano volvía al once titular después de haber sido el gran revulsivo del equipo culé en la remontada ante el Villarreal, luego frustrada por la debilidad defensiva.
En buen estado de forma y con buena relación con el gol, Ferran se retiró entre lágrimas del césped de Montjuïc mientras la afición le dedicaba una sonora ovación para darle ánimos.

El elegido para suplirle fue Fermín, si bien Vitor Roque también había sido llamado a calentar. El brasileño se quedó con las ganas y con el rostro serio en el interior del banquillo a la espera de una nueva oportunidad.