El campeonato nacional va tocando a su fin, pero aún está (casi) todo por decidirse. El Barcelona está en una situación idílica para llevarse el título y el Valladolid sabe ya que no continuará en la élite la siguiente temporada, pero la emoción se mantiene en la recta final del curso. La plaza extra para la Liga de Campeones, sin duda, alimenta la incertidumbre en la zona alta.
Es habitual que las dos últimas jornadas se disputen de forma simultánea. El gran objetivo a la hora de tomar esta decisión es mantener tanto la justicia como el espectáculo; así, ninguno de los protagonistas se ve influenciado por lo que haya ocurrido anteriormente en otro estadio. Sin embargo, es habitual que uno o incluso varios miembros del cuerpo técnico estén atentos a lo que está pasando en el resto de encuentros, unos marcadores que, en ciertos contextos, llegan a los propios jugadores.
Si se da el caso de que hay un partido en el que ninguno de los protagonistas se juega ya algo, es de esperar que los organizadores lo adelanten al sábado. Eso podría ocurrir, por ejemplo, con el Sevilla-Real Madrid si los blancos se quedan sin posibilidades de alcanzar al Barcelona y el cuadro de Nervión se mantiene en zona de nadie.
Aparte de ese atractivo choque en el Ramón Sánchez-Pizjuán, la agenda para ese domingo queda de la siguiente forma: Atlético de Madrid-Real Betis, Barcelona-Villarreal, Celta de Vigo-Rayo Vallecano, Valencia-Athletic Club de Bilbao, Mallorca-Getafe, Real Sociedad-Girona, Real Valladolid-Deportivo Alavés, Las Palmas-Leganés y Osasuna-Espanyol.