La aventura azulgrana del delantero de Sant Cugat del Vallés no ha durado nada más que dos temporadas: la primera, como cedido en el Barça Atlètic, el filial; la segunda, a la sombra de Lewandowski y con más atención mediática por aquello de la intervención del CSD para inscribirle en LaLiga a pesar de los problemas financieros del Barcelona.
Aun así, Pau Víctor se marcha agradecido por haber formado parte de un equipo que le ha permitido ganar sus primeros títulos: la Liga, la Copa del Rey y la Supercopa de España.
Ahora se va en busca de la gloria personal, con cinco años de contrato, a un equipo como el Braga que ha demostrado ser vendedor y en el que podría revalorizarse a poco que confirme en Portugal sus dotes goleadoras.
El pasado curso sólo pudo anotar dos goles en 21 partidos de Liga. Se quedó sin mojar en los seis duelos de Champions y los dos de Copa en los que intervino algunos minutos.
"El Club le desea mucha suerte y éxitos en el futuro, tanto a nivel personal como profesional", ha sido el mensaje de despedida recibido por el ya futbolista del Braga.
"Defender este escudo ha sido un honor inmenso, tanto en el Johan (Cruyff) como en Montjuïc, siempre con el orgullo de formar parte de un club único. Porque el Barça no es solo un club, es un sentimiento que te llena, te transforma y te hace mejor", ha expresado con cariño Pau Víctor, que se ha definido barcelonista desde la cuna.
Trayectoria de Pau Víctor
Tras formarse en el equipo de su localidad natal y en el cercano Sabadell, se marchó siendo juvenil al Girona, donde debutó en Segunda división. En el curso 23/24 su potencial fue captado por el Barça, primero en forma de cesión, para convertirse con 18 goles en el máximo realizador de Primera RFEF. Ahí el club culé apostó por él y lo fichó en propiedad a cambio de tres millones de euros. Entró con fuerza, con una pretemporada en la que marcó ante el Real Madrid y el Manchester City, pero luego fue perdiendo oportunidades hasta quedar en un rol muy residual.