Centro de datos del Osasuna-Levante
Un ciclón rojillo apareció por El Sadar nada más comenzar a rodar la bola. En 20 segundos Moncayola ya se había plantado dos veces en la portería de Ryan. En cinco minutos Osasuna ya sumaba otras dos llegadas con peligro de Víctor Muñoz y de Catena. Una salida en tromba conocida por estos lares y cuyo ritmo insostenible tendría que bajar. Normal. Pero mientras lo hacía, y cuando el Levante parecía ir ganando en confianza, incluso con un remate lejano de Etta Eyong, apareció el menudo Víctor Muñoz para cabecear un centro de Rubén García y besar las mallas con su remate. Antes del cuarto de hora, el esfuerzo de los locales había merecido la pena con el 1-0.

Conseguido el premio mayor, y guardando fuerzas para todo lo que aún quedaba de partido, los de Lisci comenzaron a ceder terreno, quizás demasiado, lo que facilitó que el Levante se asentara en las cercanías de su área. Fue Arriaga quien forzó la primera gran intervención de Sergio Herrera. Desde ahí, dominio constante visitante con mejor criterio con balón, más movilidad de sus jugadores ofensivos y algún remate peligroso bloqueado por el meta pamplonica, cuya parroquia ya se estaba impacientando por el pobre juego de los suyos.
El colmo de la mala suerte... o de la buena, según se mire
Pintaban mal las cosas para Osasuna, pero como el fútbol es así, cuando más incómodo estaba, encontró el 2-0. Rubén García probó fortuna desde la frontal, el balón rebotó en Brugué y se desvió lo suficiente para pillar a contrapié a Ryan. Golpe anímico para los valencianos, que aun así no bajaron los brazos. Tuvieron los del tándem Del Moral/Iborra la oportunidad de soñar con la remontada al poco de volver de los vestuarios, pero Brugué, solo para marcar, no acertó a contactar con el balón. Y se libraron de recibir el tercero cuando Ryan salvó a sus soldados ante los disparos de Víctor, qué peligro a la contra, y de Budimir, que aún no se explica cómo el portero australiano pudo sacar su remate con las uñas de sus pies.

Los minutos pasaban para desesperación de los granotas, que se perdían entre imprecisiones y falta de ideas. Lo único que quedaba era mover el banquillo. Iker Losada fue uno de los que entró y en sus pies estuvo de nuevo el reducir la distancia. Para su desgracia, Boyomo apareció bajo palos para repeler el disparo. Como Sergio Herrera a tiro de Carlos Álvarez. No fue, desde luego, por falta de ganas ni mucho menos. Compitó bien el Levante, dio la cara, lo intentó todo... pero de donde no hay no se puede sacar nada. Y gol no tienen. De ahí que los rojillos se llevasen el triunfo y respiren con sus 15 puntos, a tres de la zona roja, condenando más a galeras todavía a un contrincante que cierra la tabla con tan solo nueve.

Jugador Flashscore del partido: Rubén García (Osasuna).
