Thiago Pitarch (18) lleva un 2025 inolvidable a nivel personal. En el mes de enero, Arbeloa le subió al Juvenil A del Real Madrid desde el B y, desde entonces, el chico fue pieza clave en los planes del salmantino.
Ahora, ocho meses después, con una nueva temporada a punto de comenzar, se espera que el madrileño tenga ficha del Juvenil A, pero pinta que alternará el tercer equipo de la Casa Blanca con el Castilla. De momento, ya ha jugado los 90 minutos en los dos primeros amistosos de pretemporada del filial blanco.
En el club son conscientes de que cuentan con un diamante en bruto que se está puliendo poco a poco y por ello piensan en blindarle lo antes posible con una renovación que recompense el crecimiento que ha tenido desde enero y que disuada a posibles espabilados de buscar una ganga en Valdebebas.
Desde luego, en Arbeloa ha encontrado un respaldo difícilmente mejorable. Le dio la primera oportunidad y está dejando muestras de que desea que el joven talento merengue crezca de su mano. Por ello, es resulta verosímil pensar que le dará bastantes minutos en Primera RFEF y que sólo bajará con el Juvenil cuando toque jugar la Youth League.
Un hombre de recursos
Pero, ¿cómo juega Thiago Pitarch y por qué está levantando tanta expectación? Cabe empezar destacando que su mayor seña de identidad es que puede actuar en varias posiciones, empezando por el mediocentro, pasando por la mediapunta y terminando por el extremo, si es necesario.
Por tanto, estamos hablando de un futbolista versátil, virtud muy valorable en el fútbol actual. Y, sobre todo, según dicen los que le conocen bien, es un trabajador incansable, requisito indispensable para triunfar en el mejor club del mundo.
No sería descabellado verle a lo largo de la temporada entrenando con el primer equipo a las órdenes de Xabi Alonso, que seguro que sabe valorar su templanza a la hora de construir el juego, su magnífica lectura del terreno de juego y el desempeño encomiable que muestra en tareas defensivas.
Dicho esto, habrá que estar muy pendientes a cómo continúa la progresión de un Thiago Pitarch al que, como a muchos otros jóvenes españoles, Marruecos intentó echar el guante para defender sus colores en categorías inferiores.