El campeonato israelí tenía previsto disputar el partido en el estadio Bloomfield, recinto que comparten ambos equipos, con Hapoel como local.
La policía ha informado de que 12 civiles y tres agentes han resultado heridos, y nueve personas han sido detenidas, después de que se lanzaran granadas de humo y artefactos pirotécnicos.
"Conductas desordenadas, disturbios, agentes heridos y daños en la infraestructura: esto no es un partido de fútbol, es una alteración del orden y violencia grave", señaló la policía en un comunicado.
La suspensión del partido supone un nuevo revés para Maccabi, después de que sus aficionados hayan sido vetados del partido de Europa League ante Aston Villa el próximo mes, tras la preocupación de la policía británica por posibles protestas en las inmediaciones del estadio.