Las fechas exactas de la 10ª edición del torneo femenino, lanzado en 1991 y que se celebrará por primera vez en Sudamérica, no eran todavía conocidas.
Brasil ganó la votación para ser la sede del torneo por 119 votos a 78 contra la candidatura de Alemania, Bélgica y Países Bajos, prometiendo desarrollar la práctica femenina y reutilizar las infraestructuras del Mundial masculino organizado en 2014.
"Esta histórica competición tendrá una repercusión enorme no solo en Sudamérica, sino en todo el mundo, y permitirá que el fútbol femenino consiga una participación y popularidad aún mayores", declaró el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, citado en el comunicado.
De los 32 equipos participantes, la zona europea dispondrá de 11 billetes directos, tres para Sudamérica (incluyendo a Brasil, clasificado de oficio), Concacaf y África tendrán cuatro cada uno, Asia tendrá seis, Oceanía solo una y las tres últimas plazas se disputarán en una repesca intercontinental de 10 equipos.