La derrota frente a Huracán terminó de desencadenar una decisión que ya venía madurando puertas adentro: Mauricio “Chicho” Serna y Raúl Cascini presentaron su renuncia al Consejo de Fútbol de Boca Juniors.
Con Marcelo Delgado como único miembro activo, Juan Román Riquelme se encuentra ante el desafío de reconfigurar un órgano clave en la estructura del club que, desde 2019, supo tener una influencia directa en el armado del plantel profesional y el día a día en el predio de Ezeiza.
Aunque la denominación del nuevo grupo de trabajo aún no está definida —podría mantenerse como “Consejo de Fútbol”, transformarse en una Secretaría Técnica o adoptar una nueva figura—, la decisión política está tomada: no se disolverá el modelo de gestión deportiva, sino que se reconfigurará con al menos una incorporación.
Riquelme busca confianza, historia y perfil bajo
Desde el entorno del presidente xeneize aclaran que no se habló formalmente con ningún candidato, pero las evaluaciones ya comenzaron. El objetivo: sumar uno o dos nombres de confianza que tengan experiencia o peso simbólico, perfil institucional y capacidad para actuar como nexo entre el plantel, la dirigencia y el cuerpo técnico. Las recientes críticas de los hinchas y los cuestionamientos por decisiones deportivas hicieron que Riquelme acelere el recambio para relanzar su proyecto en un contexto delicado
Entre los nombres que se barajan, hay ex jugadores muy vinculados a la historia del club, entrenadores de trayectoria y también figuras que mantienen una buena relación personal con Román. A continuación, un repaso por los principales candidatos:
Carlos Bianchi (poco probable, pero siempre presente)
El "Virrey" es el sueño eterno de Riquelme. A los 76 años, retirado de la dirección técnica, mantiene un vínculo fluido con el ídolo y actual presidente. Su sola presencia generaría un impacto enorme en el mundo Boca, pero desde su entorno aseguran que es muy poco probable que vuelva a asumir un rol activo, por más simbólico que sea.
Carlos Navarro Montoya
A favor: Con más de 400 partidos en el arco de Boca y cinco títulos, el “Mono” es ídolo del club. Ya trabajó en la gestión Riquelme como coordinador de Inferiores y tiene la Licencia Pro exigida por AFA para el rol de mánager.
En contra: Sus experiencias como entrenador no fueron positivas y renunció a su anterior cargo en el club por motivos personales. Sin embargo, confirmó que está abierto a una nueva propuesta.

José Pékerman
A favor: Fue formador de Román en las juveniles y dirigió a la Selección Argentina en el Mundial 2006. Tiene una relación personal muy fuerte con Riquelme, y su figura goza de respeto unánime en el fútbol sudamericano.
En contra: A sus 75 años, genera dudas sobre su disponibilidad para el ritmo del día a día. No tiene pasado en Boca como jugador ni dirigente, y desde su entorno deslizan que no estaría interesado en un cargo parcial: si llega, pediría manejar todo el fútbol.
Claudio Borghi
A favor: Tiene buen vínculo con Riquelme y con referentes del plantel actual. Hoy trabaja en un rol similar en Argentinos Juniors, lo que lo posiciona como un perfil experimentado para la función.
En contra: Su breve paso como DT de Boca en 2010 fue negativo (5 victorias en 14 partidos), y su figura no despierta una identificación fuerte entre los hinchas.
Alberto Márcico
A favor: Fue figura de Boca en los ‘90, muy querido por los hinchas, y tiene llegada directa a Riquelme, quien lo invitó en varias ocasiones a su palco en La Bombonera. Tiene carisma y peso simbólico.
En contra: No tiene experiencia en cargos de gestión. Además, enfrenta una causa judicial por presunta estafa inmobiliaria, lo que podría complicar su desembarco institucional.
Cristian Traverso (descartado)
Aunque es un nombre con pasado glorioso en el club y cierta afinidad con Riquelme en otros tiempos, el propio Traverso habría descartado aceptar un eventual ofrecimiento, por razones personales y profesionales.

¿Qué busca Riquelme?
Más allá de los nombres, lo que Román busca es reordenar la estructura con alguien en quien confíe ciegamente, que aporte calma institucional y que pueda colaborar en decisiones clave como refuerzos, ventas y el día a día del plantel profesional. El modelo que imaginó desde que asumió como dirigente seguirá vigente, pero con modificaciones.
Delgado, como único sobreviviente del Consejo original, tendrá más protagonismo, al menos en el corto plazo. Y si bien todavía no hay plazos, en Boca saben que la elección de un nuevo referente futbolístico puede ser un punto de inflexión en un año cargado de presiones deportivas y políticas.
Boca está en plena etapa de reconstrucción interna. La salida de Serna y Cascini abre una oportunidad para corregir el rumbo y renovar energías. Mientras los hinchas esperan resultados dentro de la cancha, Riquelme y compañía se juegan una carta clave fuera de ella: elegir con precisión quién será la nueva cabeza del fútbol xeneize.