El coloso de la lucha grecorromana se llevó de nuevo el metal dorado en la categoría de 130 kilos, dominando en la final, esta vez por un rotundo 6-0, al chileno de origen cubano Yasmani Acosta. Sucedió a principios de agosto ante 7.000 personas en el estadio del Campo de Marte, junto a la Torre Eiffel.
"La misión está cumplida", sentenció luego Mijaín López, que dejó sus zapatillas en la colchoneta de pelea a modo de simbólica despedida a una carrera de leyenda.
Originario del pequeño pueblo de Herradura, en el oeste de Cuba, Mijaín López logró su primer oro olímpico en Pekín 2008 y repitió luego en las ediciones de Londres, Rio de Janeiro, Tokio y París.
Antes de la cita de este año en Francia, estaba con un póker de oros individuales en una misma prueba igualado en la cabeza junto a nombres míticos como los nadadores Michael Phelps (200 m estilos) y Katie Ledecky (800 m libre), los atletas Carl Lewis (salto de longitud) y Alfred Oerter (lanzamiento de disco), todos ellos estadounidenses, pero también con el danés Paul Elvstrom (vela) y la japonesa Kaori Icho (lucha).
El éxito de París, a sus 42 años, le permitió ser uno de los grandes protagonistas del evento y dar la gran alegría a su país, una potencia deportiva en declive en los últimos años.