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Miguel ‘Piojo’ Herrera busca reinventarse como entrenador de Costa Rica

Miguel ‘Piojo’ Herrera
Miguel ‘Piojo’ Herrera Photo by FRANCISCO VEGA / Getty Images South America / Getty Images via AFP
Ha pasado más de una década desde que Herrera se convirtió en el técnico de referencia en el fútbol mexicano. Primero con América y después con la selección mexicana, el ‘Piojo’ supo traspasar los límites deportivos del país para forjarse como una figura popular. Desde entonces, con un corto lapso ganador, el entrenador se ha estancado en la indiferencia.

“No estoy guapo, pero estoy de moda”, dijo Miguel Herrera en medio de una entrevista en pleno Centro de Alto Rendimiento de la Federación Mexicana de Fútbol en la Ciudad de México, meses después de haber sido nombrado el personaje más querido del Mundial Brasil 2014, de acuerdo con múltiples medios de relevancia como The Guardian y The New York Times. 

En México, para pesar de muchas cosas, miles de personas entienden que patria y selección de fútbol son la misma cosa; incluso hasta mucho más. En este país entregado a la fe, cada que vez que los jugadores del Tri salen a una cancha y por más que en la previa se haya criticado a destajo, los rezos a la Virgen de Guadalupe son directas peticiones para que puedan tener buen tino a la hora de patear a portería. 

Conforme ha pasado el tiempo y el fútbol ha ganado un terreno irremediable entre todas las pasiones del mexicano, el puesto de entrenador de la selección se convirtió en un cargo de tanta importancia como el presidente de la república. Una presión mediática y social difícil para muchos, pero no para Miguel Herrera. 

El ‘Piojo’ fue un aguerrido lateral izquierdo que nunca pasó desapercibido en sus 13 años como futbolista profesional en la liga mexicana. Ya fuera por su larga melena rubia o por su carácter férreo, Herrera siempre se hizo notar. Sin embargo, a pesar de que muchas veces su explosiva forma de ser le sirvió para ganar balones divididos, dicho factor también le costó jugar una Copa del Mundo. 

Pero, sin importar ese doloroso episodio de su vida, el ‘Piojo’ mantuvo esa manera de vivir cuando se convirtió en entrenador. Discípulo de Ricardo Antonio La Volpe, el mexicano fue consolidándose como un técnico que priorizaba el ataque. Una carta que lo llevaría primero a Rayados y luego a América. 

Éxito y reconocimiento

En el club de Coapa consiguió un título inolvidable para la afición azulcrema en una final de alarido y volteretas frente a Cruz Azul en 2013, al mismo tiempo que la selección deambulaba en un mediocre camino en las eliminatorias rumbo al Mundial de Brasil. Por eso, cuando el Tri consiguió un agónico acceso al repechaje de la Copa del Mundo frente a Nueva Zelanda, los federativos no dudaron en ofrecerle el cargo de entrenador nacional. 

Su prestigio era tal que su nombramiento no tuvo crítica alguna. Envuelto en la bandera de salvador, Herrera también se convirtió en el entrenador ideal para los federativos. Más allá de lo que pudiera ofrecer en cancha, el ‘Piojo’ no tuvo reparo en cumplir con los compromisos comerciales, siempre vitales, que existen alrededor del Tri. Con su forma de ser relajada y con un tono coloquial, su figura inundó todos los medios en el país anunciando diversos productos. 

Llegado el Mundial, Herrera estaba convencido de poder hacer historia con el Tri. No obstante, México quedó eliminado en los habituales octavos de final mundialista con una derrota difícil de procesar frente a Holanda con dos goles en los últimos minutos. No obstante, a diferencia de otros procesos, el ‘Piojo’ fue ratificado al frente del equipo; pero no duraría mucho. 

Hay quienes dicen que esa ratificación nubló a Herrera e hizo que se creyera intocable. Otros aseguran que el cargo terminó desgastándolo hasta perder los estribos. Como sea, 2015 se convirtió en el año en el que el ‘Piojo’ perdió su aura como personaje público con una serie de polémicas extra-cancha que hicieron que fuera despedido como entrenador nacional. El último de ellos, una agresión a un narrador mexicano que lo había criticado en el aeropuerto de Filadelfia, lo dejaría marcado como una persona incapaz de controlar sus impulsos. 

Ahora, 10 años después de haber abandonado las riendas del Tri y con un corto episodio ganador en su segunda etapa con América, Herrera ha sido nombrado entrenador de Costa Rica, una selección que tenía urgencia de contratar un técnico que fuera capaz de dirigir el recambio generacional que no ha podido establecer en los últimos años. 

Una oportunidad perfecta para Herrera, quien desde hace tiempo anhela poder demostrar que, a pesar de que sus últimos pobres resultados, sigue estando vigente con la capacidad de moverse en medio de una urgencia como con la que se encontró en 2013 con el Tri. En la mira estará su carácter, algo que en suelo tico temen que pueda jugarle en contra. 

Costa Rica tendrá en el ‘Piojo’ a su primer entrenador nacional de origen mexicano: el tiempo dirá si Herrera no pudo controlar su explosiva forma de ser o si en Centroamérica pudo también ponerse de moda.