Ostapenko se convirtió en la primera mujer en derrotar a la número uno y a la número dos del mundo en el mismo evento sobre tierra batida desde que Serena Williams lo hiciera en Madrid en 2012, al vencer a Aryna Sabalenka en la final y a Iga Swiatek en cuartos.
Su noveno título en el circuito, y sólo el segundo en tierra batida, aupó a Ostapenko seis puestos en la clasificación mundial, hasta el 18º, lo que la convierte en uno de los tapados de cara a Roland Garros, que comienza el 25 de mayo.
"Honestamente, no se lo dije a nadie, pero me sentí confiada desde el primer día. Tuve una sensación extraña, en el buen sentido de la palabra", declaró a la prensa en Stuttgart.
"Cuando llegué aquí, sentí que algo iba a pasar esta semana. Sentí que podía ganar este torneo.
"Creo que estoy mejorando día a día y cada vez juego mejor. Creo que me lo merezco".
Ostapenko, que también venció a Swiatek en el camino a la final de Doha en febrero antes de perder ante Amanda Anisimova, no ha logrado alcanzar una final de Grand Slam desde su irrupción en Roland Garros en 2017.
Sin embargo, dijo que jugar sin la carga de las expectativas le había funcionado de maravilla esta temporada.
"Tuve suficiente presión en mi carrera", dijo Ostapenko al sitio web de la WTA. "No la sentí aunque fuera la final. En mi mente, sólo estaba jugando un partido".
Ostapenko estará en acción en Madrid esta semana y también sueña con otra profunda carrera en París.
"Está claro que puedo jugar bien en esta superficie", añadió.
"Me lo tomaré partido a partido, pero puede pasar cualquier cosa".