El azar quiso que hubiera un atractivo duelo entre españoles en la ronda inaugural del torneo, lo que suponía un duro reto para el flamente campeón de Roland Garros y una pesadilla para el jugador andaluz. Sin embargo, este último se retiró poco antes de que empezara el encuentro y su lugar lo ocupó finalmente el número 86 del ranking ATP.
El murciano afrontaba la cita después de disfrutar de tres días de vacaciones en Ibiza, adonde acudió con amigos para desconectar y liberarse de toda la presión. No era tanto un premio a su éxito en tierras parisinas, ya que ese breve período de asueto estaba pactado y agendado con Juan Carlos Ferrero y el resto de su equipo.
Pese a la superioridad de Alcaraz, su combativo rival mostró bastante oposición, como demuestra el hecho de que llegara al sexto juego sin tener que encarar ninguna bola de quiebre. Todo cambió en el siguiente, cuando el ganador de cinco Grand Slams disfrutó de tres y consiguió la ansiada rotura. Aunque perdonó desde el resto, logró el punto con un parcial de 6-4.
La segunda manga no fue ni mucho menos sencilla, ya que imperó la lógica del saque durante casi todo el tiempo. Un marcador de 15-40 dejó a Carlos en una situación complicada, si bien la salvó y acabó forzando el tie-break, en el que su calidad se hizo notar para avanzar de ronda tras algo más de una hora y media (7-6/7-4).