El tenis femenino español tuvo su apogeo entre 1989 y 1998, cuando Arantxa Sánchez Vicario, con cuatro, y Conchita Martínez, con uno, acumularon cinco títulos de Grand Slam. Luego, a mediados de la década de 2010, Garbiñe Muguruza saltó a la palestra, ganando Roland Garros en 2016 y Wimbledon en 2017 y alcanzando el número dos del mundo. ¿En medio? Una gran travesía en el desierto.
Badosa, el sueño lastrado por las lesiones
Mientras Rafael Nadal dominaba al mundo del tenis, antes de ser sustituido por Carlos Alcaraz, el tenis femenino español vivía una época de vacas flacas que se alargó demasiado. Entre 2000 y 2015, sólo hubo un título grande, en el WTA Premier (ahora WTA 1000) de Roma en 2010 conseguido por María José Martínez El repunte con Muguruza y Carla Suárez a mediados de la década no duró, y desde hace cinco años todo se reduce a una jugadora: Paula Badosa.
Desde su triunfo en el WTA 1000 de Indian Wells en 2021, y su ascenso al número dos del mundo, se esperaba que la gerundense nacida en Nueva York se convirtiera en ganadora de un Grand Slam. Cuatro años después, ha cosechado cuatro títulos en su carrera, y a principios de este año alcanzó por fin las semifinales del Grand Slam en el Abierto de Australia. Pero su carrera ha sido una sucesión de lesiones que le han impedido competir con regularidad por los grandes títulos.
Es cierto que la española sigue siendo la número 12 del mundo. Pero estaba fuera del torneo de Montréal, como lo estará en Cincinnati, donde perderá los puntos de su semifinal del año pasado. Y con unos cuartos de final que defender en el US Open, donde su presencia tampoco está garantizada, podría volver rápidamente a las profundidades de la clasificación. Por ello, las esperanzas se dirigen a una jugadora en alza: Jéssica Bouzas.
El ascenso
La primera razón es la más evidente: es la única española presente en el cuadro principal del WTA 1000 de Cincinnati. Pero, sobre todo, porque lleva unas semanas magníficas, confirmando el talento que demostró el año pasado cuando se dio a conocer en Wimbledon, eliminando en primera ronda a la entonces defensora del título, Markéta Vondroušová. Y fue en Wimbledon donde se destapó.
El mes pasado alcanzó sus primeros octavos de final de un Grand Slam en la hierba londinense, aprovechando al máximo una sección del cuadro que había quedado libre tras la temprana eliminación de Coco Gauff. Todo ello apenas un mes después de derrotar a la top 10 Emma Navarro por 6-0 y 6-1 en la primera ronda de Roland Garros. Pero lo hizo aún mejor en el WTA 1000 de Montreal.
Y en una tercera superficie diferente. Un puesto en cuartos de final de un WTA 1000, el cuarto de su carrera, pero obviamente el más importante de todos. Una carrera impecable en la que ganó lo que tenía que ganar, se llevó lo que tenía que llevarse en ausencia de grandes nombres en su pista, antes de perder ante Victoria Mboko.
¿Su recompensa? Un puesto en el Top 50, concretamente el 43 del mundo. La mejor clasificación de su carrera, por supuesto. Pero, de inmediato, el peso del tenis español recae sobre sus hombros. Aparte de Paula Badosa, sólo Cristina Bucșa está en el Top 100, y lucha constantemente por mantenerse ahí. Junto a Sara Sorribes, logró un extraordinario bronce en la categoría de dobles en los Juegos de París. No hace falta ser creativo para ver a Jéssica Bouzas como la nueva estrella del tenis femenino español.
Su gran noche
Y este talento en ciernes tendrá su dosis de exposición este miércoles. El sorteo la ha elegido para enfrentarse a una tal Venus Williams en la primera ronda de Cincinnati. Un encuentro que será programado para la sesión nocturna, con la certeza de que su nombre estará en boca de todos después del partido. Si gana...
Ningún partido está cantado, pero éste no es una excepción. La ex reina del circuito WTA demostró en Washington que aún le quedaba gasolina en el motor cuando se deshizo de la esperanza estadounidense Peyton Stearns, mejor clasificada que Jéssica Bouzas. A lo largo de un partido, es capaz de causar problemas a cualquier jugadora de cualquier perfil, excepto sin duda a las Top 10.
Si hay un partido que la española debe ganar, es éste. La exposición en la televisión mundial combinada con una victoria sobre uno de los nombres más grandes de la historia del tenis podría hacer mucho para impulsar su carrera. Mejor aún, una buena actuación general en Cincinnati podría hacerle cabeza de serie para el US Open.
Mientras Carlos Alcaraz domina el circuito ATP y, hay ocho españoles en el Top 100, España es una potencia en categoría masculina, el tenis femenino pende de la espalda de Paula Badosa y debe buscar una nueva líder. Sobre el papel, con su juego potente y sus variantes, Jéssica Bouzas tiene lo que hay que tener. Sólo falta que dé la talla. Y confirmar las esperanzas que levantó un día de abril de 2024, en su casa de Madrid, dominando a... Paula Badosa.