Ultimate Móstoles esperaba rival en el duelo decisivo y se llevaba el disgusto de no tener en sus filas a Joaquín Sánchez, aclamado y ovacionado en el regreso a la que fue su casa. El histórico extremo tenía que anunciar con qué equipo jugar y optó por vestir, casualidad o no, como verdiblanco (Los Troncos). Se arriesgaba así a quedarse sin disputar el gran encuentro de la jornada, aunque luego se descubrió que no tenía intención de disputarlo.
Un mano a mano de Edgar Álvaro pudo romper la igualdad nada más arrancar. Aniquiladores, que acababa de sufrir una dura derrota en la Queens, no vino a Málaga con ánimo de pasearse por la calle Marqués de Larios. Se intuía que alguno iba a marcar y, después de acariciarlo Carles Planas, fue una auténtica carambola tras un córner botado por el mismísimo Joaquín lo que deshizo la igualdad. Luego, todavía antes del descanso, Mark Sorroche hizo el 2-0 de penalti.
La noche caía y la amenaza de hacer más grande la distancia en el luminoso (al citado Edgar le anularon el tercero) también hacía su particular aparición. Las necesidades de los rojiblancos hicieron que llevaran la iniciativa y, en consecuencia, dejaran muchos espacios en campo propio. Javi Espinosa (ex de Barça B, Granada, Levante o Almería) lideraba las embestidas que llevaba a cabo un plantel resignado a conformarse con la medalla de bronce.
Final sin mucha historia
Joaquín decidió que ya había hecho lo suficiente y optó por no volver a salir al terreno de juego. Los de Perxitaa tenían argumentos de sobra para confiar en sus posibilidades, aunque enfrente estaba el campeón de la fase regular del split inaugural, con una plantilla compuesta por nombres como Ferrán Corominas -ganó la Copa del Rey con el Espanyol- o Alberto Bueno - ex de Real Madrid Castilla, Oporto, Leganés o Rayo Vallecano-.
El ritmo fue eléctrico al comienzo de un duelo que se presentaba igualado, pero Cristian Ubón cambió el guion. Víctor Vidal (guardameta) firmó el 2-0 a puerta vacía y, en la siguiente acción, cayó el tercero. Ya en la segunda mitad, Aleix Martí convirtió el de -casi- la sentencia para desesperar a un rival que protestó en numerosas ocasiones ante los árbitros (su presidente abandonó el set en señal de protesta). Joan Verdú dio algunas esperanzas... aunque sin ser capaz de cambiar un desenlace que estuvo marcado por la tensión. El 6-1 encendió la chispa y provocó una tangana que no fue a mayores. Al final, 8-1.